Ave de metal desconocido.


Confieso que desde chiquito he anhelado encuentros del tercer tipo aunque me aterraba la idea de concretar uno. El cielo oscuro siempre me sedujo, esa oscuridad se me presentaba como un lienzo infinito, ahí podía verter las ideas que me sugerían libros y películas, esas ideas se resumían en una sola; la vida extraterrestre. Crecí en un pueblo pequeño, mi casa era única debido a su tejado, un día un temblor sacudió las tejas quebrando algunas y descomponiendo el orden de todas, así aparecieron agujeros en el tejado, aquella noche me vi iluminado por la luna, ahí comenzó la intriga por las luces que se movían en el cielo y que inspiraban extrañeza y confianza, pensé que ese espacio exterior albergaba más que pedazos enormes de roca suspendidos en la nada.
Se lo conté a mi papá, Él dijo que era ficción y que esos objetos eran sólo pájaros. -¿A poco los pájaros tienen luz?- le pregunté. -Los pájaros son muy listos, tal vez no propia pero logran reflejarla.- dijo. -Eso hacen las estrellas, no los pájaros.- Respondí indignado. De la conversación con mi papá hice de los pájaros una metáfora para referir a OVNIS, y darle un sentido que me permitiera visualizar una imagen, imagen que era ajena a esos objetos pero que después de todo tenía cierta congruencia al remitir objetos que volaban con singular elegancia, con singular misterio.
mpre regreso a mi antigua casa, odio la ciudad, su cielo es borroso y oculta lo que por sí mismo ya se oculta, ni siquiera estrellas hay en la ciudad. Eso me obliga- como hoy- a regresar al pueblo donde nací. Estoy aquí, soy viejo y se que pronto he de morir, vine a entregarle mis suspiros y lamentos a este campo distante que siento mio. Sé que viene por mi una majestuosa ave de metal desconocido, de color sobrio y mudo, se acerca, lo siento ya. La luz es la misma de cuando era niño, la luz hipnotiza y cobija la soledad. Mi cita esta noche es con el Gorrión que absorbe y eleva, mi anhelado encuentro del tercer tipo por fin llegó. Tengo miedo pero mi metáfora me permite visualizarlo como un niño que se asombra con águilas atravesando el sol, aunque el mio es un Gorrión que abre el pic
Comprendí que hacerme viejo renovaba mi creencia, entendí que la inmensidad estructuraba mi ser, no porque yo fuera parte de la inmensidad sino porque en comparación podía darme cuenta de mi insignificancia; las cosas grandes no creadas por el hombre son la inmensidad que me configura; el océano, el desierto, las montañas y el cielo, el cielo oscuro, el espacio que no es terrestre. Mi sentir por la vida extraterrestre le daba sentido a mi vida, mi tema no era un asunto sensacionalista de programa barato en televisión, lo mío era cósmico. Aunque el trabajo me llevó a la ciudad si
eo para revelar misterios -pájaro bendito me entrego a ti,abre tu pico- Le grito mientras abre el pico con lentitud al acercarse.
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El pico se abrió más y más, la cabeza del Gorrión se acercó a mí y el resplandor sonoro del amarillo avanzó suavemente y me envolvió.

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